No confundas mis buenas maneras,
ni mi forma de expresarme.
Tu vehemencia no podrá callarme
cuando se trata de quimeras.
Ya sabes que me he desprendido
de los dolores que me dañaban,
y ahora pienso que en mi cerebro nadaban
de todo lo que para mi no tenía sentido.
Me acusas sin razón ni convicción,
son palabras puestas en tu boca,
pero a cada cual le toca
tarde o temprano escuchar la misma canción.
No me ofenden tus expresiones
por que sé que no las piensas
y para mi no son ofensas
ni me llenan de emociones.
Camina a tu libre albedrío,
deja la vida correr,
que mi manta se puede romper
para cubrirte el día que tengas frío.
