Estoy dejando atrás mi piel
como lo hace la serpiente
para saber que es lo que se siente
cuando se olvida tanta miel.
No quiero mirar si en ella
ha quedado mi pasado.
Me quedo aquí sentado
contemplando mi estrella.
Y sobre el suelo ha quedado,
para las alimañas su carroña,
sin la más mínima carantoña
ávida de besos olvidados.
El tiempo puso las cosas
donde mejor creía
por que pensó que sería
una historia muy hermosa.
Nada queda, solo recuerdos y suspiros
difuminados en la memoria,
lo triste es que mi noria
continúa con sus giros.
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