Un largo recorrido de amistad impoluta
donde las vivencias marcan nuestras vidas.
Amiga del alma de citas consabidas
donde el cariño no se disputa.
Te conocí en una partida
que jugamos a través de las ondas
y con el tiempo creamos la sonda
que une nuestra ternura concebida.
Lilian es tu nombre, argentina,
madre de hijos no alumbrados, corazón inmenso.
Tienes la luz, el aura y pienso
que te marca tu paz andina.
Pérdidas marcaron nuestros destinos,
el cielo se los llevó sin remedio,
es la muerte ese gran misterio
que hay al final de nuestros caminos.
Sabes de mi y como yo siento,
te basta leerme para reír
me mandas abrazos de osa al concluir,
cada tarde, un nuevo encuentro.
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