Sentí como tus manos
acariciaban mi espalda,
como tus labios
con ternura la besaban.
Un escalofrío de placer
recorrió todo mi cuerpo,
insistiendo sin querer
desprenderme de ellos.
Donde llegaron tus caricias,
no tiene comparación mi lamento
por que de tanto amor que me diste
solo lo sabemos yo y el viento.
Subir en espiral de lujuria,
bajar sobre la nube extasiado,
locuras inconfundibles en el atardecer
sintiéndome cada día más enamorado.
Te marchas con la tarde
cuando quedó tranquilo el diablo.
Te llevas mis notas contigo,
tú y yo sabemos de lo que hablo...
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