Pasó la tarde en un soplo
dejando un dulce sabor en mis labios,
caricias sobre mi piel
y la ternura sin limites de mis manos.
Palabras con sentimientos
susurradas en mi oído.
Amor a raudales
y fuego contenido.
Pasó la tarde calurosa y desnuda.
Un soplo de aire
entró por la ventana
y envolvió tu figura.
Llegó la noche y con ella
mis suplicas y tu marcha.
Tu mirada se ocultaba de la mía
sobre un cielo de mil estrellas.
Y llegará otra tarde, mi espera
dará sus frutos con pasión.
Vendrás a mi con tu corazón abierto
ávida de amor, cariño y deseo.
Te espero...
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