Todos los ángeles tienen un pasado,
ninguno puede negar su otra vida,
ocultando su existencia más atrevida
donde hasta el más noble ha errado.
Por que todos tenemos algo que ocultar,
sean sentimientos, situaciones o mentiras,
negados hasta la saciedad con ira
por si alguien lo quiere escuchar.
Palabras que no vuelven al contenido,
recuerdos insufribles alejados del corazón,
donde el pensamiento mágico sin razón
lleva al ave a salir del nido.
Equivocarse es humano y se admite,
rectificar es coherente,
pero no se es diferente
mientras no haya amor que lo tramite.
Vuela la gaviota sobre el cielo,
libre de ataduras que se rompieron.
Libertad que en azul le dieron
para su primer día de vuelo.
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