Se va derritiendo al contacto,
sedienta su espiga de mis manos,
cuando acaricio sus senos,
cuando bebo en sus labios.
Entrega su cuerpo al desorden
que va llegando engalanado
desnudo para la fiesta
que juntos hemos preparado.
Deseo más allá del amor
donde la pasión nunca ha cambiado,
rotos los tabúes del tiempo
donde el corazón nunca ha llorado.
Y se pierde entre la maraña
de gemidos encumbrados
que llegan con el silencio
de dos cuerpos emocionados.
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