Yo deseo regresar algún día
hasta los pinares que rodean tu valle,
recordar mi niñez en tus calles
y respirar tu aire alma mía.
Yo quiero escuchar de nuevo
el canto del ruiseñor en primavera,
correr con mi aro de lata por tus aceras
y sentir que en mi alma te llevo.
No se me cae la sonrisa cuando te miro
y de mis ojos una lagrima se pierde.
Blanco inmaculado en Noviembre, y verde
su otoño entre mis suspiros.
Quisiera volar a tu lado y desearte
con toda la fuerza del cariño que siento.
Hoy, mi pueblo querido, ha llegado el viento
que me empuja hasta querer abrazarte.
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