Nací con la poesía recorriendo mis venas,
con el corazón latiendo a ritmo de musas,
con ojos que contemplan la mar sin escucha
escribir y escribir es por siempre mi condena.
Detienes mi corazón, aligeras mi pena,
sonríes cuando mis ojos en los tuyos se reflejan.
Y cuando caminas en mis sueños
yo te contemplo lejano creyéndome tu dueño.
Aceleras mi calor cuando buscas mi abrazo,
nace en mi el ansia de vida, hambre de amor,
desazón concebida, que busca saciarse
del vino de tus entrañas para curar la herida.
Nací para amarte, musa, con la sinceridad
que el alma derrocha para ti cada instante.
Quiero vivir soñando que llegará el día
que por ti moriré amando...
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