No todos los días se canta,
ni se ríe;
llega la nube que todo lo cubre
y la sonrisa
se vuelve una canción
de cuna
llena de lágrimas.
A veces
la soledad invade la ausencia
y devuelve al corazón
por las calles
donde nunca quisimos pisar.
Hondos suspiros
envuelven
lo que ayer fue alegría
y lo cambian
por algo sin pensar.
Por eso no quiero
volver
la vista atrás,
ni callar
lo que quisiera hablar...
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