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viernes, 29 de marzo de 2013

SU DESEO...






Quedé enredado en la tela de araña
sin convicción para la lucha,
bajé tranquilo, tomé una ducha
sabiendo que el cristal no se empaña.

El disfrute acordado era inminente,
no tenía prisas, la seguridad me avala,
pero entré en unos valores de escala
donde todo era indiferente.

Sequé mi cuerpo con estudiado estilo,
lentamente, haciendo esperar su deseo,
las miradas eran frecuentes y un jadeo
se escapaba de sus labios en vilo.

No esperó, su fuego la devoraba,
me tomó y me llevó hasta la cama.
Su corazón palpitaba como el que ama
y todo su calor le sobraba.

Me devoró con fruición, 
degustó cada poro de mi anatomía.
La sentí en mí, la hice mía
y al final habló la voz del corazón.




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