Las hojas caían de los árboles
a nuestro paso en la noche,
alfombrando nuestras pisadas
de crujiente naturaleza ajada.
Somos dos locos enamorados
que se pierden en la oscuridad,
divertidos como niños, deseando
fundirnos en un abrazo.
Al caminar me tomas de la mano
regalando sinceridad y valía,
tus dedos se mezclan con los mios
y tu alma se adhiere a la mía.
El aire de otoño nos envuelve
llevando prisas a nuestro silencio.
Los olores se mezclan dulcemente
con los aromas de nuestros besos.
El destino de nuestras miradas
tenía una linea recta
oculta entre las sombras
hasta los pies de mi cama.
Se me antoja una noche de otoño, con el estridente crujir de las hojas, trayéndote poco a poco a la realidad, para descubrir que no todo es sueño...
ResponderEliminarUna linda y disfrutada noche de otoño...
ResponderEliminarAquí... es primavera. Bueno, en las islas es primavera todo el año, aún así añoro el otoño.
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