Hoy me une el cielo más a ti,
incluso, alcancé una estrella,
muy lejana en el firmamento,
para regalarte al despertar.
Me siento en paz conmigo mismo
lleno de ilusiones inesperadas.
Destinos cruzados, calles empedradas,
por donde caminé de tu mano.
Hoy he vuelto a sentir la sensación
de tenerte de nuevo conmigo,
sueño efervescente, soñado,
donde tu corazón palpitaba junto al mío.
Era en la otra orilla, donde tú me esperas,
tomados, como vive en mi recuerdo,
riendo y cantando, hija y padre, siempre,
amigos de alma donde aún estamos.
Se diluyó como el azucarillo
la imagen de tu presencia
que llamaba entre tinieblas
al sentir tus besos y tus abrazos.
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