Hoy no tengo versos que ofrecer,
ni siquiera una leve sonrisa,
he despertado con ilusión de volverte ver
y de escuchar otra vez tu risa.
Nada me ha llegado tras las ondas,
lo extraño con dolor infinito,
se ha apagado el sentimiento que rondas
desilusionado de esperar algo bonito.
Espero poder seguir en mi camino,
las huellas están marcadas para siempre,
y no mirar atrás como el peregrino
que de caricias tiene hambre.
Soy lo que quiso la vida,
ni más ni menos, aunque quisiera
devolver las facturas de amor consumidas
sobre la realidad triste de una quimera.
Se ha abierto de nuevo mi corazón
sobre la luz espontánea de una mirada,
donde se divisa una ilusión
que de mi sensibilidad se apiada.
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