Dime por qué se pintan
de rubor tus mejillas
y tus labios sonríen
cuando pasas a mi lado.
Qué sientes al mirarme
si hasta tus ojos relucen
de forma diferente
cuando nos hemos encontrado.
No somos indiferentes,
algo nos ha cautivado,
quizás sea que los dos
tenemos caminos negados.
Y nos atraen nuestras penas,
los sentimientos anegados,
la estrella que nos reluce
la misma luz nos ha regalado.
Sigue tu camino y no mires
a este infeliz desdichado,
que en mi corazón sangra la herida
de un soñador enamorado.
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