Tenía visos de nunca acabar,
la felicidad llegaba con el alba
cada día,
y los sueños se tocaban
con las manos.
Qué fue lo que murió...
qué velero no llegó a puerto...
qué nota se estancó en el aire...
qué fue, mi amor, que fue...
Una utopía
con corazón y alma
con corazón y alma
donde su manantial
se quedó sin agua,
donde sus tardes
se quedaron mudas
al canto de los pájaros.
Una utopía
que me negó
sobre una orilla sin razón
a la mujer que más quería.
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