Una mujer me preguntó una tarde
cuantos son los años vividos,
respondí a su curiosidad
con un simple y natural cumplido.
No volví a saber de ella
tampoco yo la busqué.
No me importa ni me interesa
ni siquiera el por qué..
Los años, princesa, son del alma
el reflejo, la experiencia y hermosura
que nos hace grande en los ojos
de los que nos merecen.
Sentías que soy viejo
y no miraste en mi corazón.
No sabes cuanto has perdido,
ni te voy a dar la razón.
Yo camino por la vida
con mi mochila colmada de ilusión,
mi cara es el reflejo y estandarte
que no necesita clasificación.
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